Brenda Estefan

¿Espionaje chino? – Brenda Estefan

Publicado en: El Universal México

Por: Brenda Estefan

Estados Unidos acusa regularmente a China de emplear diversas estrategias de espionaje en su territorio o en el de sus aliados.

La Oficina del Director de Inteligencia Nacional de Estados Unidos en su «evaluación anual de amenazas 2023» establece que «China probablemente representa la amenaza más amplia, activa y persistente de ciberespionaje en las redes del gobierno de los Estados Unidos y del sector privado».

El año pasado, un tribunal estadounidense condenó a un funcionario de inteligencia chino a 20 años de prisión por robar tecnología de empresas aeroespaciales estadounidenses y francesas. Xu Yanjun fue declarado culpable de tener un papel relevante en un esquema promovido por el gobierno chino para sustraer secretos comerciales de la estadounidense GE Aviation y el grupo francés Safran. En 2020, Wei Sun, un ingeniero chino naturalizado estadounidense que trabajaba para un grupo dedicado a los sectores de defensa y aeroespacial, fue condenado a prisión por llevarse a China una computadora de la empresa que contenía información delicada sobre un sistema de misiles estadounidense.

Según Occidente, Pekín también utiliza estudiantes chinos para obtener inteligencia. Uno de los casos más sonados es el del ingeniero Ji Chaoqun, quien llegó a Estados Unidos en 2013 con una visa de estudiante y hace unos meses fue condenado a prisión por proporcionar datos sobre científicos estadounidenses que podrían ser reclutados como fuentes de información para los servicios de inteligencia del gigante asiático. Quizás con este caso como emblema, considerando el riesgo de espionaje científico, es que Países Bajos y Alemania han comenzado recientemente a limitar el acceso de estudiantes chinos financiados por su gobierno a ciertos programas académicos de tecnologías de punta.

Además de la recopilación de información sensible, el país del dragón tendría agentes encubiertos en Estados Unidos y varios países europeos, según afirma la organización de derechos humanos Safeguard Defenders en un informe publicado en septiembre de 2022. Estas estructuras policiales clandestinas se utilizarían para vigilar a la diáspora china disidente, así como para observar a otras diásporas como la uigur, taiwanesa o tibetana, según esta organización con sede en Madrid.

A los temores de espías chinos infiltrados en Occidente habría que agregar los objetos y tecnologías que aparentemente tienen como objetivo recopilar información sensible, como globos aerostáticos, cámaras de seguridad, equipos de telecomunicaciones o grúas. En febrero de este año, en Estados Unidos se derribó un globo de origen chino. Si bien la versión de Pekín fue que se trataba de un dispositivo «utilizado para investigaciones meteorológicas» que ingresó «accidentalmente» al espacio aéreo estadounidense, Washington aseguró que el globo llevaba equipo destinado a interceptar diferentes tipos de comunicación y que su fabricante estaría vinculado al ejército de la potencia asiática.

Las enormes grúas chinas en puertos estadounidenses también son motivo de sospecha. Un funcionario de inteligencia estadounidense las ha descrito como «caballos de Troya» que contendrían tecnología sofisticada capaz de rastrear los contenedores estadounidenses y quizás monitorear los materiales utilizados para operaciones del Pentágono.

Estados Unidos no es el único país occidental que advierte este tipo de riesgos. A principios de año, el gobierno australiano anunció que retiraría de sus edificios todas las cámaras de vigilancia de fabricación china. Según un legislador australiano, las instituciones gubernamentales que tenían este tipo de dispositivo estaban plagadas de «software espía». Por su parte, el gobierno británico también ha prohibido la instalación de cámaras de seguridad fabricadas en China en «lugares sensibles». Las cámaras en cuestión normalmente son producidas por las compañías Hikvision y Dahua, ambas en la lista negra de Estados Unidos desde noviembre del año pasado, lo que prohíbe la importación de equipos de estas empresas.

A finales de noviembre de 2022, el regulador de telecomunicaciones de Estados Unidos prohibió equipos y servicios de telecomunicaciones suministrados por cerca de media docena de empresas chinas, incluida la gigante de las telecomunicaciones Huawei. Y en enero la administración Biden dejó de otorgar licencias a empresas estadounidenses para vender a Huawei; es evidente que se avanza hacia una prohibición total de la venta de tecnología estadounidense a esta empresa china que ha estado en la mira de las autoridades estadounidenses durante años.

También existe preocupación sobre almacenamiento de datos por parte de la popular aplicación china TikTok. Algunos países temen que ByteDance, la empresa matriz de esta red social, pueda acceder a los datos personales de los usuarios y transmitirlos a las autoridades de su país. Y si bien la empresa de tecnología asegura que no comparte los datos de usuarios con el gobierno, actualmente TikTok está prohibida en dispositivos gubernamentales en Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, Francia, Noruega, Dinamarca, Bélgica, Nueva Zelandia y la Unión Europea, entre otros. Y su uso está completamente prohibido en países como India, Indonesia, Taiwán y Afganistán.

Tras cada acusación de espionaje de la potencia asiática realizada por Estados Unidos u otro país del llamado “bloque occidental”, Pekín responde negándola y afirmando que se trata de la intención de Washington de bloquear el desarrollo chino. A pesar de ciertas reticencias notables entre algunos aliados estadounidenses para adoptar una posición abiertamente anti-China, especialmente Francia y Alemania, los países del bloque occidental parecen estar cada vez más alineados con la visión de Estados Unidos.

Washington y Pekín están librando una intensa batalla en diversos ámbitos, y la tecnología es el escenario central de su rivalidad. El espionaje chino, ya sea real o percibido, es solo un reflejo de esto. Podemos estar seguros de que, en medio de la continua lucha sino-estadounidense, en los próximos años las historias de espías chinos y robo de información sensible seguirán multiplicándose.

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