Delfina, la cínica - José Ignacio Rasso

Delfina, la cínica – José Ignacio Rasso

Los impostores se disfrazan de cínicos porque el costo es muy bajo y la ganancia buena.

Publicado en: La Lista

Por: José Ignacio Rasso

Diógenes el cínico, uno de los filósofos griegos más reconocidos de la escuela cínica, “creía que la felicidad se lograba mediante la satisfacción exclusiva de las necesidades naturales, sin estar condicionado por el peso de las instituciones. Consideraba que las convenciones contrarias a estos principios no eran naturales y debían ignorarse”.

Más de dos mil años después, a pesar de que el concepto de cinismo ha cambiado, la escuela de cínicos modernos junto con el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) otorgó el grado honoris causa y la candidatura para aspirar a ser gobernadora del Estado de México a la maestra Delfina Gómez, en reconocimiento a su trayectoria y, como lo dijo Andrés Manuel López Obrador, por tratarse de una mujer honrada e incapaz de robarse un solo centavo.

En esto último tiene razón el presidente, cuando Delfina Gómez fue alcaldesa de Texcoco no fue suficiente un centavo, sino que, durante tres años, le retuvo el 10% del salario a cientos de funcionarios públicos para dirigirlos a la formación de Morena y, tiempo después, durante su gestión como secretaria de Educación Pública, la Auditoria Superior de la Federación encontró irregularidades por más de 830 millones de pesos. Retener solo un centavo era muy poco.

El cinismo ha sido moneda de cambio permitida y apreciada por la sociedad y el electorado. No se aplaude ni se reconoce al que busca el consenso o habla con la verdad en la mano, por el contrario, se vitorea y apoya al que miente con más aplomo, al que camina triunfante después de haber aplastado sus ideales y al que promete objetivos inalcanzables.

Los impostores se disfrazan de cínicos porque el costo es muy bajo y la ganancia buena. Así sucede con la maestra Delfina y Morena que, a pesar de haber sido multados por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, han tomado el ataque a la corrupción como eslogan de campaña. El victimario pretendiendo ser la víctima. El cínico.

Porque desde la óptica obradorista todos los bienes le pertenecen al pueblo y como los fieles a la Cuarta Transformación son amigos del pueblo, en consecuencia no les importa el mecanismo ni la forma de disponer o hacerse de los bienes. No necesitan estar atados a formalismos, a las instituciones, a la rendición de cuentas, a la transparencia o al marco jurídico. Los bienes les pertenecen. Ya sea reteniendo el 10% al salario, en sobres amarillos, ligas o contratos sin licitación. Los recursos son del pueblo, son de la causa, son suyos.

Tengo mis dudas si Diógenes estaría orgulloso de Delfina la cínica, pero de lo que no tengo duda es que el Estado de México tiene tradición de ser incubadora de cínicos y no me extraña ver crecer el fruto del cinismo en manos de la candidata de Morena.

Porque mientras se siga postulando al impostor, mientras se celebre al que miente con mayor aplomo y se vote por el descaro seguiremos siendo cómplices de un sistema corrupto y víctimas de nuestras propias decisiones.

Delfina Gómez no es la esperanza del cambio, es la consolidación del cinismo.

 

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