«Las dos mujeres borrachas me pegaron, me mordieron, insultaron y ahora me demandan, es el colmo de la agresión repetida» – Andreina Mujica

Entrevista exclusiva con Adriana González, la joven periodista venezolana que ha protagonizado, muy a su pesar, uno de los vídeos virales que, por su violencia, más han conmocionado e indignado. Conducía por Alicante cuando se encontró de frente con un vehículo que iba en dirección prohibida. Los coches chocaron pero el golpe fuerte vino después. Las dos mujeres del otro automóvil, con claros síntomas de embriaguez, comenzaron a pegarla e insultarla: «Basura, Machu Picchu, Pocahontas…» La víctima se defendió con las armas que mejor conoce por su profesión, la palabra y el móvil con el que grabó el vídeo. Hablamos con la última extranjera en sufrir violencia xenófoba viral y que ha terminado siendo denunciada por las agresoras. No ha sido la única.

Publicado en: Crónica Libre

Por: Andreina Mujica

Esguince de tobillo, mordeduras, edema en la parte trasera de la cabeza y rectificación de la lordosis cervical. Es el resultado de un episodio de violencia racista que ha conmocionado a España y al mundo gracias a que la víctima, Adriana González, lo grabó todo con su teléfono móvil. «La agresión comenzó de manera verbal, no paraban de insultarme, no podía entenderlo. Yo no era la que venía en el sentido contrario por la calle, no sé qué esperaban, de pronto se me vinieron encima y empezaron a darme puñetazos, golpes con el bolso, mordiscos, arañazos, me tiraron al suelo…», confiesa en esta entrevista exclusiva con Crónica Libre. Pero la paliza no le ha restado fuerzas, todo lo contrario, le ha animado más a luchar por sus derechos y llegar hasta el final. «Solo quiero justicia», sentencia.

«Las dos mujeres borrachas se bajaron y directamente me odiaron por ser latinoamericana. Empezaron a insultarme, al principio eran cosas como Machu Picchu o Pocahontas… de hecho a mi madre la calmé diciéndole que tenían razón, que yo soy una princesa (silencio) A su lado soy una princesa. Pero por si había dudas me llamaron basura, que para ellas soy una puta mierda. No les importó ni que les grabara, hasta me pidieron mejorar la luz. En el vídeo queda todo claro». rememora.

Las agresoras se defienden

Efectivamente, el vídeo deja claro lo que pasó, es una prueba irrefutable. Sin embargo, la historia ha dado un giro tan sorprendente e inesperado. Adriana, como víctima, lejos de haber recibido una disculpa de las agresoras, lo que se ha llevado es una demanda de lesiones. Según ha podido saber este medio, las dos mujeres aseguran que fue Adriana quien empezó la pelea. «A mí lo que me indigna es que fueron a poner una denuncia contra mí porque dicen que yo les agredí primero. Es el colmo de la agresión repetida», afirma con dolor Adriana González a Crónica Libre después de saber la noticia.

No sería la única denuncia que habrían interpuesto. Al parecer, las dos mujeres han decidido emprender acciones legales contra los influencers y medios de comunicación que emitieron el vídeo de la agresión sin pixelar o tapar sus rostros. El periodista David Placer, que hizo público el vídeo en su cuenta de Instagram, podría ser uno de los primeros en recibir la denuncia.

La periodista venezolana Adriana González.
Cortesía: Crónica Libre

«Hay un antes y un después de ese día»

Dice el Código Penal en su artículo 510 que delito de odio es «toda aquella conducta movida por un claro afán discriminatorio y denigrante, dirigida contra un grupo, una parte del mismo o una persona, por motivos racistas, antisemitas u otros que tengan que ver con su ideología, religión, creencias, orientación sexual, etc. Con capacidad suficiente para incitar al odio contra tales personas o lesionar su dignidad personal, así como justificar, enaltecer o dar publicidad a tales conductas». Está castigado con la pena de prisión de 1 a 4 años y además con la pena de multa de 6 a 12 meses.

Queda claro. Adriana González sufrió un delito de odio. Por todo ello, escuchar su narración de este delito de odio con violencia física contado en primera persona, por su crueldad, llega a emocionar por la rabia que suponen esa humanidad que se palpa en el vídeo. «Ha sido un episodio que ha marcado mi vida. Hay un antes y un después de ese día».

Esta es la historia de Adriana, una joven que estudió en un colegio de religiosas dominicas, que reconoce haber sido una empollona toda su vida, que se graduó Magna Cum Laude en la Escuela de Comunicación Social de la Universidad Central de Venezuela, que dejó su país por la violencia y que ocho años después, a su vida regresa la violencia alcoholizada, soberbia y xenofóbica.

Adriana González con sus familiares el día de la graduación Magna Cum Laude.
Cortesía: Crónica Libre

¿Es la primera vez que sufre un episodio de xenofobía?

He dejado trabajos porque sentía que los jefes no iban en línea con mis valores, que maltrataban por racismo. También suelo ser muy tajante con bromas racistas, homofóbicas, etc. Ahora lo que deseo es darle voz a toda esa gente que ha sido víctima de este tipo de ataques, lo que no se conoce se repite.

¿Ha denunciado los hechos?

Por supuesto, denunciarlas ante los organismos competentes fue una decisión tomada al instante. Justo después de sufrir el impacto en el coche vino la agresión, no tuve dudas. Si bien me indignaba lo que estaba ocurriendo en mi interior ganó mi instinto de periodista. Yo nunca les agredí, decidí que lo mejor era grabar lo que estaba pasando. Me dije: ‘Esto lo tiene que saber el mundo, es indignante‘.

Gracias a hacerlo público he recibido tantas llamadas contando historias de agresiones… Aunque son más las de apoyo y solidaridad. Esto no puede seguir ocurriendo, hay gente que se ha burlado de mis gritos, si me ocurre algo parecido gritaré más fuerte, eso me salvó en los veinte minutos que tardó la Guardia Civil en aparecer.

¿Qué es lo que hizo cuando llegó la Guardia Civil?

Lo primero que hice fue preguntarles por haber grabado el video, mucha gente me ha advertido que había que tener cuidado por hacer el video público. Después de poner la denuncia le pregunté a mi abogado: «¿Vamos a ser valientes?’ ¿Puedo denunciarlo en redes sociales y hacerlo público?» Y él respondió con firmeza: «claro que sí, no queda otra»Yo tengo paciencia, el abogado dice que el delito de seguridad vial puede tardar entre tres y cuatro años, pero para la cita en el juzgado por el delito de odio y agresión semanas o meses, yo solo pido justicia.

Adriana con Ocho, su perro adoptado en España y con el mar Mediterráneo de fondo.
Cortesía: Crónica Libre

¿Por qué emigras de Venezuela?

Trabajé en el periódico Últimas Noticias de pasante, luego pasé al El Nacional, en el departamento de diseño editorial, me daba tanto miedo la calle que iba y regresaba en taxi. La violencia era mi día a día cotidiano. Hasta que el periodista deportivo Jhonny González fue asesinado con 33 años de seis disparos en la madrugada del 3 de mayo de 2013 al salir de su guardia habitual en el diario donde yo había trabajado.

Me impactó mucho, comencé a investigar dónde poder emigrar, dónde podía sostenerme con lo poco que llevaba. Y me vine a España en septiembre de 2014. Aquí trabajé de camarera, de vendedora puerta a puerta, limpiando casas y cuidando niños. Así conseguí pagar mi primer Máster en Marketing Internacional y Nuevos Mercados. Luego estudié el Máster en la Politécnica de Valencia en Dirección de Marketing y Comunicación Empresarial. Me encantó el neuromarketing y me fui un tiempo a trabajar a Bucarest. ¡Aprendí rumano!

Trabajando en el periódico El Nacional.
Cortesía: Crónica Libre

En Venezuela tenía un montón de amigos españoles. Mis mejores amigas eran una canaria y una asturiana. Allí nos pasábamos el día en el Club Canario, en la Hermandad Gallega o en el Club Asturiano. Mis primos decidieron irse a Japón o a Chile pero la mayoría de mis amigos españoles se han mudado a España. Los padres no, ellos quieren quedarse en Venezuela, dicen que ese ya es su país; como ahora yo siento a España también mía, todo acá me gusta. Cuando uno se somete a un proceso migratorio sabe que va a ser difícil, mi calidad de vida en Alicante me la da la naturaleza, necesitaba la playa, soy feliz aquí.

¿Qué le ha dado España y que le has dado Adriana González a España?

Venezuela me dio quien soy y las herramientas internas para aprovechar las oportunidades, España me ha dado todas las oportunidades desde que llegué, las playas azules, su gente… La cabra tira al monte y yo tiro para el mar (risas). Tenía un amigo venezolano en Alicante y me decía: “Vente, aquí se vive bien, este es el Puerto La Cruz del primer mundo”.

Llegué legal, con papeles, para estudiar, trabajar y aportar. Me siento parte de España. Este país me ha dado a Ocho, un cachorro que adopté desnutrido hace un año después de ser lanzado en una bolsa a un contenedor de basura. Parecía una alita de pollo, se veía tan mal, yo les dije que quería regalar una sonrisa a ese perrito y me lo dieron en adopción. Tengo perro, novio y trabajo en el sector inmobiliario, amo España.

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