El chavismo persigue más a alias “el Pelucón cervecero” que a alias “el Picure” – Pedro Pablo Peñaloza

Por: Pedro Pablo Peñaloza

El Gobierno dice que el país está en guerra y hace todo lo que está a su alcance para demostrarlo. La OLP siguePPP3_400x400 cosechando éxitos y sembrando muertos, mientras las tropas desembarcan en Quinta Crespo. No es la economía sino la guerra económica, ¡estúpido!

El Presidente dice que la revolución es amor. Pero ya se sabe que hay amores que matan. El viernes 6 de noviembre, en Carabobo, la Operación para la Liberación del Pueblo (OLP) se apuntó un éxito rotundo: asesinó a 13 personas en menos de 24 horas. Uno tras otro, como piezas de dominó, cayeron “el Gordo”, “el Piraña”, “el Cucu”, “el Muñeco”, “el Gago”. Todos con menos suerte que “el Pelucón Cervecero”, que aún sobrevive a la persecución de las autoridades. Pero, ¿hasta cuándo? El rey Midas convertía en oro todo lo que tocaba. Maduro tiene la facultad de transformar el mercado de Quinta Crespo en un campo de batalla. Vender ocumo y ñame es ahora una actividad de alto riesgo. Los militares se despliegan –otra vez- por las tiendas. En la guerra económica, todo mall es trinchera. ¡Levanten las manos y bajen los precios!

Tania Díaz debe estar viendo encuestas. “Los venezolanos no entienden bien las modalidades que hay de la guerra económica”, advierte la segunda vicepresidenta de la Asamblea Nacional. No es que el Gobierno sea malo, es que la gente es bruta. Para alfabetizar al pueblo, pasan de la Misión Robinson a la Robin Hood. La única institución que queda en pie es el saqueo. “Si nosotros entendemos que el enemigo es el que quiere destruir al país y nos arrimamos todos en el mismo sentido…”, suspira Díaz. Y si no se arriman, los empujan. El discurso oficial no pega, pero el Gobierno sí y duro. Amenazas, intervenciones, cierres, multas. Más presos. “Quien cometa infracciones con las divisas del pueblo será penado con la confiscación”, grita el vicepresidente Arreaza. “La especulación será penada con 8 años de cárcel”, vuelve a gritar Arreaza. “Hay 23 detenidos por especulación con productos en redes sociales y páginas de Internet”, grita más fuerte Arreaza. El chavismo, siempre pedagógico, descarta el método “yo sí puedo” y apela a una vieja fórmula para que el pueblo –por fin- entienda. La letra con sangre entra.

“Estamos en guerra”, advierte Jacqueline Faria. Sin duda. De lo contrario, cómo explicar que la fuerza pública elimine en un día a 13 personas y que soldados tomen por la fuerza mercados populares. Bienvenidos a la fiesta electoral del chavismo. En una mano, la zanahoria esmirriada y descolorida. En la otra, un garrote dispuesto a aplastar “como sea”. La candidata roja aclaró –para que se entienda- que la culpa de todo la tiene “el Pelucón del diablo”. “Él es el fabricante mayoritario de los productos de primera necesidad del país”, dijo. Más que un argumento a favor de la causa del socialismo productivo, parece que ella misma se echó un balde de Guaire encima. La revolución avanza hostigando a “el Pelucón del diablo” y sin detener a “el Picure”. Aprovechando la especulación, el chavismo venderá cara su derrota.

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