Por: Carlos Raúl Hernández
Opositrolles, bandas de forajidos twiteros, dedicados día y noche a sueldo a degradar la Unidad
Varios importantes líderes consideran imperativo regresar a la Unidad opositora con miras a las elecciones de 2015, -«sin autoflagelaciones», diría el alcalde Blyde, pero con un mínimo de transparencia a ver si se recupera la confianza entre sus integrantes. Divididos muy pocos serían diputados y difícil alcanzar esa mayoría para cambiar la historia. Al final los «duros» que no estén inhabilitados serán candidatos y no deberían arrojar moscas a la leche sobre el camino electoral. Si no hay Unidad y mayoría, el chavismo superará la crisis con reacomodos internos, como el PRI durante 70 años y habría una «transición interna». Un debate honrado no implica que los participantes sean beatos, ni se amen entre ellos, sino que acepten la voluntad mayoritaria para convivir y sobrevivir, por elemental pragmatismo. Desde Judas se sabe que la traición puede salir demasiado cara. Es lo que en la teoría de los partidos se llama «centralismo democrático», solo que Chávez incendió la cultura política y procreó chavecitos.
Ellos creen que la pre-política, el caudillismo, es política, que el jefe hace lo que le da la gana sin consultar leyes ni partidos. Una oposición sin armas, sin militares golpistas, que no quiere tener ni una ni otra cosa, solo proclama la vía democrática y electoral. El diálogo podría comenzar por excomulgar -n-u-e-v-a-m-e-n-t-e- y hasta la nausea los atajos ilusorios que más de 80% de la gente rechaza. Las manías del antigomecismo siempre a la espera de la invasión salvadora, duraron 27 años. Y es absurdo sustituir una propuesta fracasada, ¡la salida ya!, por otra igual, la renuncia, o una descabellada, la Constituyente. Los que se pusieron al frente de sus palabras, López y Machado, merecen profundo respeto por su integridad.
Dos bizarros
Corrieron valerosamente la suerte que eligieron, lo que resplandece su coraje pero no da la razón política. Schopenhauer escribió que razón y pasión son como el agua y la sed y juntas hacen la vida. Ellos se la jugaron con bizarría y eso les da crédito moral y borra pecados veniales. Pero no es el caso de la camarilla incalificable, por debajo de cualquier línea de respetabilidad y decencia, que instigaba el caos con sus coxis bien protegidos a miles de millas de los acontecimientos. Desde allá mandaban condolencias a familiares de los masacrados por el gobierno, mientras promovían añagazas. Pero los cadáveres seguirán muriendo. Un levantamiento civil de pecho contra plomo asesino, teorizado por unos que alguna vez vistieron (o se disfrazaron) con uniformes hasta de generales y almirantes, los describe bien.
La doctrina Jaua consistía en provocar los cuerpos policiales, solo que él disfrutaba del confort de la democracia, mientras ahora los jóvenes están indefensos ante las hienas y eso deberían saberlo bien los estrategas. Todo el mundo conoce que el Estado de Derecho es un hueco negro, los abusos de la Guardia Nacional, que la Fiscalía es un martillo y que los «colectivos» actúan fuera de control. Algunos duros de «la salida ya» twitera no solo aborrecen a los que ven fútbol, sino también a los que no gritan todo el día que «vivimos en dictadura». ¿Por qué actúan como si no supieran que cerrar una autopista y asfixiar vecinos de una urbanización opositora, aparte de ser una memez, va a producir la reacción represiva brutal? ¿Quién no entiende que es un acto de inmolación, surrealismo político, y autoagresión?
Cerebros mermados
Hay gente con estertores agónicos cuando se dice esto: el gobierno no «salió ya», no «faltaba poco» y la oposición recibió una sanguinaria derrota. 43 muertos, 2.500 detenidos -de los que aún permanecen 174-, y 873 heridos. Parecía que se buscaba también al desgaire defenestrar alcaldes quién quita el CNE convocara otras elecciones. Solo cerebros mermados podrían hacer una estrategia en la que los combatientes tengan como única arma su cuerpo, frente a jaurías artilladas. La vida se pierde doblemente, porque se pierde a nombre de una causa perdida. La rudeza del debate opositor no bajará mientras el laboratorio de guerra sucia que apareció con la salida no cese. Son los opositrolles, bandas de forajidos twiteros, dedicados día y noche a sueldo a degradar la Unidad y cualquier ciudadano de a pie, profesional, observador, periodista, que exponga algo distinto.
La táctica muy fascista: no responder el argumento sino envilecer el emisor con calumnias y asustarlo para que se calle. Es otro aporte del chavismo a la oposición porque son exactos, como gotas, a las guerrillas comunicacionales y la tropa. Igual bajeza fascista, cinismo fanático, carencia de principios. Repiten a su medida las guerras sucias contra Henrique Capriles Radonski y su círculo en la campaña electoral. Que la fuerza que dice representar el futuro democrático tenga tales métodos, y que algunos de sus jóvenes perpetran tales ruindades, no da mucho aliciente. El estudio psicosocial que se realiza sobre los opositrolles, revela muchachos con graves problemas de relación e insatisfacciones personales. Se hacen daño ellos mismos al corromperse en acciones rastreras, fomentan el abstencionismo y debilitan a la oposición como alternativa con un espectáculo tan horripilante para el público.
@carlosraulher
Un comentario
Un líder político, tiene que poseer capacidad de liderazgo y capacidad de decisión, esos recursos tan escasos en nuestro país. Pero sobre todo una gran habilidad para generar consensos, para sumar voluntades en la persecución de la defensa de la democracia. Decidir, consensuar, interés público por encima del interés partidista, sintonizar con la ciudadanía. Todo esto lo echamos en falta en Venezuela. Necesitamos comenzar de nuevo como decía Maquiavelo, para situaciones de » CRISIS de la REPÚBLICA «, hay que actuar, llevar la iniciativa, poner algo en marcha, esas cualidades son las que hacen faltas a nuestros políticos.